'Querían camote bien puesto... pues, démoselo'
Con su acostumbrada jovialidad, después de darse un lúdico toque tras bambalinas, Juan Jacobo Hernández empezó la velada hablando sobre la génesis de la mítica revista gay que entre 1992 y 1995 dirigió con Rafael Manrique, Del Otro Lado:
"Querían verga, bueno, la tenían en Macho Tips o en Hermes, pero era verga flácida, y ellos querían el camote bien puesto, entonces hicimos la revista con mucha sensualidad".
Las risas estallaron bajo el cubrebocas de quienes nos habíamos reunido la tarde del 29 de septiembre en el Centro Cultual Eucalipto 20, ubicado en la dirección que le da nombre, en una casona de la colonia Santa María la Ribera.
El lugar resultaba inmejorable para la presentación del libro Voces del otro lado. Antología de entrevistas con protagonistas de la diversidad sexual, dado que en los primeros años 80 había sido escenario de reuniones y fiestas de recaudación del Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), también fundado por Juan Jacobo.
El inmueble pertenecía a Enrique Donis, la hoy fallecida pareja de Abel Valverde, quien nos acompañó en el acto.
En ese mismo domicilio se decidió la disolución del FHAR, el 15 de agosto de 1981, y el aguerrido activista se abocó después a luchar contra el VIH/sida fundando Colectivo Sol, la asociación civil que con el apoyo de la Universidad Autónoma Metropolitana publica este libro, el primero de cinco en la serie Arcoíris, sin duda imprescindible para quien quiera conocer a figuras significativas de nuestra historia LGBT nacional.
Unos minutos antes habían estallado los aplausos en la bienvenida que nos dio Salvador Irys. "¡Qué raro aplaudir en vivo!", solté generando con las manos el ruido cariñoso y entusiasta junto con una treintena de queridos amigos, después de haber "asistido" durante 18 meses solo a actos virtuales debido a la pandemia de Covid 19.
Salvador, director del Festival Internacional por la Diversidad Sexual, es una de las cabezas de Eucalipto 20, con sus maridos Salvador Peña –a quien llamo el Picsero del Amor por las suculentas pizzas que ahí prepara los fines de semana–, y el artista plástico Fernando Osorno, siempre trabajando en su estudio.
Mi buen amigo Irys prendió el tono cachondo refiriendo que en Las Choapas, Veracruz, donde vivió la adolescencia, un ejemplar de la revista con un marinero en la portada lo inició en el gozo de las fantasías masturbatorias.
"Mis primeras chaquetas fueron gracias a Del Otro Lado", confesó, "y también mis primeros acercamientos a personajes que admiro".
Juan Jacobo dijo "sin modestia", con un orgullo bien erguido a sus 79 años, que la revista, con 20 números, fue un hito entre las publicaciones gays y no gays de entonces, porque "rompió con muchísimos de los cánones de la decencia".
"Nosotros hicimos una publicación muy osada, gráficamente hasta ofensiva para muchos ojos", planteó y refirió dos fracasos previos, que nos narró con cariñosa nostalgia:
En 1988, en asociación con Ana Barreto del grupo Esporádica, "que hacía cómics feministas muy acertados y cáusticos", lanzaron un calendario desplegable, que incluía a figuras tanto homosexuales como lesbianas que "hacían cultura, que estaban involucrados en movilización social, que hacían danza, teatro, música".
Por su tamaño, el calendario resultaba demasiado adelantado para la época: "Ese tamaño grande no les gustaba a las jotas", dijo arrancando nuestras carcajadas. "Decidimos que íbamos a hacer algo más manejable, que era una agenda cultural".
La armaron artesanalmente porque, aunque en ese 1989 ya había computadoras, "éramos mujeres pobres y no podíamos hacerlo más que a mano, entonces a base de recortes y regla hicimos la agenda, se llama Agenda México Gay, está en nuestra página si la quieren ver".
Fueron a venderla entre los amigos, que la hojeaban, y aquí el también teatrero Juan Jacobo hizo ademán de revisar páginas frunciendo el cejo cual crítica con nariz-de-huele-pedos, y repitió lo que le decían para rechazarla: "¡Ay, no trae verga!".
"¡No traía verga y no vendió, fue otro fracaso!", comentó riendo. "Después, con Rafael (Manrique) veíamos las revistas que había, y me dice Rafael: 'Oye, ¿por qué no les damos verga?'. '¡Orale, pues démosles verga!'. Entonces desde el primer numero fuimos la primera revista que sacó, que recogió la sensualidad brutal homosexual, cruda (¡y durísima, me consta!)".
Voces del otro lado no recoge esos falos en plenitud de los modelos retratados a todo color y publicados a página completa, que fueron la delicia eyaculatoria de Salvador Irys y muchos, entre los que orgullosamente me cuento. No tendría sentido en una época en la que, comentó atinadamente mi amigo Manolo Arellano, "los penes son los de nosotros", y en las redes sociales y otras plataformas "la gente desplazó a la industria de la pornografía, y es su propia productora y editora de contenido".
El libro, corregido y maquetado como proyecto de tesis por estudiantes de las sedes Iztapalapa y Xochimilco de la UAM, aporta algo que en mi opinión es de mayor envergadura: 15 entrevistas a protagonistas del movimiento de liberación homosexual y la cultura gay (tres de ellas inéditas hasta ahora). Además de dos textos de presentación muy ricos por sus referencias históricas y testimoniales, firmados por mi buen Ernesto Reséndiz Oikión y el periodista Gonzalo Valdés Medellín.
El querido colega Braulio Peralta centró su intervención destacando tres de las personalidades entrevistadas al alimón por Juan Jacobo y Rafael Manrique, que curiosamente a mí también me había seducido leer de entrada, cuando adquirí en la librería Somos Voces (Niza 23, Zona Rosa) el volumen de lindo formato cuadradito:
"Me voy a detener en tres personajes que me parecen fundamentales: un travesti como Xóchitl, una lesbiana como Nancy Cárdenas (poeta, mujer de teatro e indiscutible madre del movimiento de liberación homosexual en México) y un maricón como Emilio Carballido.
"Creo que el que queda muy mal parado en este trío maravilloso, tristemente, es la loca de Emilio Carballido, y creo que un personaje como Nancy Cárdenas queda como lo que es exactamente en la presencia de la historia".
Braulio se preguntó pertinentemente si en su entrevista Nancy no menciona a Carlos Monsiváis, impulsor –como cuenta en su libro El clóset de cristal– del movimiento gay sin dar la cara, "porque Carlos Monsiváis se lo prohibió, o creo pensar que la cabrona de Nancy Cárdenas dice: 'Ahora te omito por closetera', o que el editor de Voces del otro lado lo omitió, porque estaban encabronados con Carlos Monsiváis".
Sonriendo, Juan Jacobo dijo: "La segunda", y en su oportunidad aclaró: "también nosotros decidimos no preguntarle de Carlos".
La entrevista está acompañada de la carta que Monsiváis publicó dos meses antes de la muerte de su entrañable amiga, ocurrida el 23 de marzo de 1994, a los casi 60 años (los habría cumplido el 29 de mayo).
"En el Teatro de las Vizcaínas me tocó ser testigo", compartió el periodista cultural y editor, "yo no había visto llorar a Carlos Monsiváis, ese día que leyó ese texto que está aquí, alrededor de la quinta página se le soltaron las lágrimas cuando recordó a su amiga Nancy Cárdenas, y es importante, significa que eran cómplices, no estaban de acuerdo, discutían pero eran cómplices".
A mí también se me saltaron las lágrimas cuando leí estas palabras de Nancy:
"¡Que entráramos con una pancarta de los homosexuales organizados a la Plaza (de las Tres Culturas) el 2 de octubre (de 1978)! Yo había estado en esa plaza durante la masacre del 2 de octubre y salí viva por buena suerte. Regresar a esa plaza 10 años después, militando bajo la bandera de la liberación gay, fue una emoción formidable".
El otro personaje cuyas palabras resultan fascinantes es Xóchitl, la Reina de Reinas, legendario travesti o vestida de altos vuelos, organizador en hoteles de certámenes gays de belleza, a quien los activistas homosexuales repudiaban dada su sospechosa vinculación con políticos poderosos, a los que, se decía, conseguía favores sexuales de chavos y chavas.
Su entrevista, para mí honestísima y calificada por Braulio como "descarnada", había permanecido inédita, al igual que la hilarante por resultar hoy políticamente incorrecta con Emilio Carballido, porque Del Otro Lado cerró debido a la elevación de los costos de producción provocada por el llamado error de diciembre de 1994, explicó Juan Jacobo.
"Yo no soy fan de Xóchitl, nunca lo fui", se sinceró Braulio. "Cuando leo esta entrevista me arrepiento (risillas del público), hay que decir las cosas como son, dices tú: '¡Puta, qué dimensión, qué viejorronón, el personaje Gustavo (Xochilteotzin Fernández) que no hablaba de sus riquezas y el personaje Xóchitl al que todo mundo criticábamos pero nadie tenías los huevotes tan puestos como los tenía Xóchitl!'.
"Fuera de serie esas dos entrevistas (a Nancy Cardenas y Xóchitl), son historia pura y dura del movimiento homosexual mexicano, aunque Xóchitl no sea el personaje del activismo LGBT, sí es el personaje que defendió frente a (Carlos) Hank González (regente priísta del Distrito Federal) la posibilidad de que se abrieran bares para los putos".
A esta última afirmación, Juan Jacobo dijo: "Sí". Y Braulio enfatizó que se basaba en lo que afirmaba Xóchitl en la entrevista: "Y que nadie hasta ahorita ha dicho: 'Esto es falso, esto no es cierto, ay, aquí en la página cuarenta y…'. ¡Váyanse a la chingada! (risas del público)".
A riesgo de que mi buen amigo me mandara a la chingada, en la sesión de preguntas tuve que decir que, hace algunos años, yo había podido leer la entrevista inédita de Xóchitl gracias a la generosidad de Juan Jacobo, porque estaba tratando de hacer un libro sobre su vida, que dejé en suspenso cuando la familia no quiso colaborar conmigo. Y le pregunté directamente al empresario de la noche Henri Donnadieu si Xóchitl le había ayudado a abrir el mítico Bar 9, y me dijo que no.
Paciente y cariñoso como siempre ha sido conmigo, Braulio me respondió: "Te voy a dar un dato: Henri le contó toda su historia a Guillermo Osorno (para el libro Tengo que morir todas las noches), después se desdijo y se contó él mismo su historia en un libro escrito por Henri (La noche soy yo), creo que eso sí te pinta una persona.
"Yo no digo que Xóchitl diga la verdad", concedió, y yo aclaré que tampoco afirmaba que Henri me la haya dicho en la entrevista que está inédita; le podía fallar la memoria o haberla tergiversado a su conveniencia.
"Yo digo que Henri está diciendo también parte de su verdad, porque en este mundo el ego es algo terrible".
En lo que no pude estar más de acuerdo con mi colega es en que el testimonio de Xóchitl es "invaluable, un testimonio poca madre", digno de aparecer hoy en la primera plana de un periódico, al igual que la conversación con Nancy e, incluso, la de Carballido.
Aunque, opinó Braulio de este último, "es el personaje más reaccionario", y a los chavos de hoy podría resultarles "aversivo", porque lo que dice en la entrevista es "como escuchar al más rancio PRI, al más asqueroso PRI, defendiendo ser de clóset porque yo quise ser de clóset, ¿eh?".
Pero del laureado dramaturgo rescató una declaración que hizo a la televisión, dijo, saliendo en silla de ruedas de la delegación Benito Juárez, después de celebrar con su pareja durante dos décadas, el bailarín y coreógrafo Héctor Herrera, una sociedad de convivencia, a finales de marzo de 2007 (el matrimonio igualitario se pudo ejercer en la Ciudad de México a partir de marzo de 2010):
"Lo que yo estaba haciendo no lo van a entender ahorita, pero lo van a entender las futuras generaciones".
Entre el público, el amigo Ricardo Hernández Forcada, de larga trayectoria en la defensa de los derechos humanos, consideró ese gesto "maravilloso", y lo comparó con el de Freddy Mercury, quien "nunca hizo nada por la gente gay y por el sida, lo único que hizo fue decir, el día previo a morir: 'Tengo sida', y eso fue importantísimo".
"Qué bueno que ahora podemos leer la entrevista (a Carballido) para conocer un poco más al bicho", subrayó Ricardo.
Juan Jacobo recordó sobre esa charla: "Fue rijosa pero simpática, nos carcajeábamos con él de las cosas que decía (Braulio acotó: 'muy de la comedia'), Rafael y yo nos carcajeábamos en su cara, fue como un duelo muy interesante con Carballido, porque además nos provocaba y nos decía cosas terribles, pero como buenas Chuchas cuereras nos valió".
Me dio mucha ternura el colega que cerró la sesión de preguntas, Christian Granados, de 19 años, que trabaja para la plataforma Escándala, porque preguntó: ¿Qué tipo de responsabilidad recae sobre los que estamos empezando en el periodismo LGBT?
"Yo no apelaría a una responsabilidad de las nuevas generaciones", le dijo Juan Jacobo, "apelaría a que tengan la curiosidad de acercarse no solo a este libro sino a muchas otras cosas a las que no nos estamos acercando por estar metidos en la gran nube virtual, quizás buscar puertecitas o ventanitas de escape para darse un aire, creo que estos son aires que necesitamos respirar".
Pero a mí me salió lo tía regañona y agregué que como periodistas gays sí tenemos la responsabilidad de rescatar y difundir nuestra historia. A lo que Braulio aportó un magnífico remate:
"Tú estás en una edad maravillosa, 19 años, puedes hacer lo que quieras pero necesitas ser intenso, tener carácter y conocimiento... Ay, ya vamos a divertirnos, ¿no?".
Y estallaron de nuevo los reconfortantes aplausos.
Adquiere tu ejemplar de Voces del otro lado, querido lector, amable lectora, en la librería Somos Voces o solicitándolo directamente vía el Facebook de Juan Jacobo Hernández Chávez, donde también puedes revisar qué ONGs de los estados de la República lo tienen disponible.
¡Hasta el próximo choque de chichis y braguetas, señoras y señores míos!
Coméntanos con libertad y RESPETO