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Adrianzuki, de lo pequeño al más grande amor

Adrianzuki, de lo pequeño al más grande amor

Por Antonio Bertrán

"¿Por qué no hacerlo?", se ha dicho Adrian Jiménez Caballero infinidad de veces, desde la infancia, para arrostrar su vida con la seguridad que le inculcaron sus padres:

¿Por qué no salir a jugar con los vecinos de la cuadra, correr, caerse, mojarse como cualquier niño, y en la escuela hacerse el mejor amigo de los más altos del salón, que "suelen ser más desmadrosos", porque no solo quería sacar buenas notas sino "echar desmadre"?

¿Por qué no ser gogo dancer o stripper en un antro gay, o bar tender aunque tenga que improvisar una tarima con cajas de cervezas para alcanzar la barra y preparar las margaritas frozen, que son su especialidad?

¿Por qué no empezar a vivir su orientación gay sin dar explicaciones, mudándose a un Paraíso como Troncones, Guerrero, donde nadie lo conocía y fue a echarle la mano –que luego resultó diestra también en el fisting– a un amigo para montar un restaurante bar?

¿Por qué no abrir su servicio de suscripción de contenido 4my.fans, si otros lo grababan en sus encuentros sexuales, y de pronto se dio cuenta que habían subido a la red los videos sin pedir su autorización, para obtener ganancias económicas?

¿Y por qué no llegar a la entrevista con Moka, o "el Mokas para los amigos", el cariñoso conejito negro que el pasado 12 de junio le regaló por su cumpleaños 32 el "amigo" rubio, alto, de chidos tatuajes como los suyos y sonrisa encantadora, con el que está "saliendo"?

"Soy muy fan de los animales, más que de los seres humanos, porque tienen un cariño tan tan grande por quienes los cuidan", dijo Adrianzuki. En la infancia su mamá no le permitió tener una mascota, y Moka es la primera en su vida, que además lo acompaña a "dar el rol". 

"¡Oye, Adrianzuki, ven para acá!", le gritaban en el bar los compañeros de trabajo, y esta forma cariñosa sustituyó al obvio "Adriancito" del trato en casa, al grado que lo adoptó para su cuenta de Twitter, @adrian_zuki, con más de 186 mil seguidores pendientes de sus videos porno semanales.

A mí me da congoja ver que al muchacho de 1.26 metros de estatura y cuerpecito ricamente musculado se lo va a echar un hombretón de enorme envergadura. "¡Ay, lo va a partir en dos", suelo pensar y así se lo comenté a Adrián provocando su risa al abordarlo, hace unas semanas, en un restaurancito del Centro de la Ciudad de México, donde por casualidad nos encontramos.

Pero muchos de sus admiradores le escriben confesándole que esas escenas de sexo, que confirman la máxima de que en la cama no importa la estatura, les provocan "mucho morbo", que es "exótico", una "fantasía", incluso un "fetiche".

Esto último, reconoció, le resulta un "poquito" incómodo porque lo ven con "el fetiche de que puedo llegar a ser un niño, pero soy legal".

Así que cuando alguien le dice: "Es que eres un niño",  él replica: "No, no tengo cara de niño, tengo tatuajes, ¡güey, no mames, para nada soy un niño!".

Adrianzuki soltó una risilla traviesa de fauno cuando le señalé que además no podría ser un menor de edad porque está dotado de un buen armamento para el placer.

Y ya entrados en confianza, no me tomó a mal que lo describiera con la frase de un chiste baboso de Pepito:  "¡Enano, pero con unos huevotes!".

Animado por su desparpajo para afrontar la vida, y que sobre la entrevista me advirtió por WhatsApp que no tenía "problema con cualquier tipo de pregunta", le solté:

–¿Al hacer tus videos te diviertes como enano?

–Tendría que (risas). Se disfruta mucho, aunque depende de la persona con la que esté, si hay buena química me la paso bien, de lo contrario es más difícil. Pero suelo divertirme bastante porque compramos cervezas, platicamos para conocernos mejor, y la idea es pasártela bien.

Infancia sin complicaciones

Con la transportadora roja del Mokas al hombro, Adrianzuki llegó pasada la una de la tarde al café Regis, ubicado a un costado de la Alameda Central, donde yo lo esperaba tomando un americano.

Había viajado "sin problema" con su no tan común mascota en el Metrobús, desde la colonia Chalma de Guadalupe, "cerca del Reclusorio Norte", donde siempre ha estado la casa familiar, a la que él tuvo que regresar por causa de la pandemia luego de terminar con su pareja (aunque siguen teniéndose cariño y se tratan como amigos).

Cuando lo vi acercarse dudé por un momento si debía o no levantarme de la silla para saludarlo chocando el codo. Sentado estaría más a su nivel, pensé, y al levantarme marcaría la diferencia de estaturas (casi medio metro).

Decidí dejarme de pendejadas y actuar normalmente, como lo haría con cualquier persona. Y por lo que charlamos durante casi una hora –Adrián con un capuchino y pellizcando un chocolatín que al final, casi completo, pidió para llevar–,  definitivamente acerté en su preferencia de un trato casual.

Con mucha fluidez abordamos primero las cuestiones básicas de una entrevista de perfil: nacido hace 32 años en junio 12, como ya dijimos, es Géminis –igual que yo–; en la familia es el hijo sándwich, su hermano mayor se llama Miguel Ángel y tiene 35 años, y el menor, Javier, con 30; su madre trabajó como secretaria en la UAM, y su padre sigue en la misma universidad adscrito al área de mantenimiento.

Y a lo que ya te estás preguntando, querido lector, amable lectora, te respondo que no, ni sus padres ni hermanos tienen enanismo o acondroplasia, como Adrián, y siempre lo han amado y apoyado.

Saciemos de una vez otra morbosidad: tampoco ha tenido relaciones sexuales con otro hombre de talla pequeña, ni le ha interesado pertenecer a los grupos a que suelen invitarlo los actores con los que coincide en los casting donde se convoca a personas con estatura de 1.30 metros o menos.    

"En resumen, mi infancia no fue complicada, obviamente mucha gente lo cree porque soy de estatura baja, pero no tuve problemas [las burlas del 'malo de la cuadra' o del salón, las dejaba pasar 'y tantán'], y mi familia siempre me dio esa seguridad de tener libertad, nunca fue de tenerme en casa todo el tiempo por tener discapacidad, por así decirlo", me explicó Adrián, y citó lo que tan inteligentemente solían decirle sus padres para impulsarlo:

"Tú puedes hacer todo lo que tú quieras, desde lo más pequeño hasta lo más grande".

–Llevas una vida como cualquier persona, digamos.

–Sí, no veo por qué tenga que ser diferente, de repente hay situaciones complicadas, por ejemplo en el transporte público luego no alcanzo el timbre, esos detalles que mucha gente no nota. O hace poco que fui a Vallarta renté un RB&B, y tenía que poner una contraseña en un lugar que era muy alto, para sacar la llave.

–Supongo que en esos casos pides ayuda.

–Sí, obviamente, en este caso mi amigo, que me ayudó a rentarlo, le marcó al que está de encargado y aunque era muy tarde tuvieron que ir a ayudarme. Hay complicaciones, pero no me van a limitar para hacer las cosas.

Tuve noticia de Adrián por este magnífico retrato que le tomó y subió a sus redes mi querido Santy Mito, en octubre de 2019, en la primera sesión fotográfica de desnudo que el futuro sextuitero se animó hacer. 

Aún no se ha enamorado

Para Adrián tampoco fue difícil asumirse y vivir como gay: "Siempre supe que me gustaban los chicos, en la primaria, secundaria y prepa siempre veía alguien que me gustaba mucho, también en los trabajos".

Aunque con sus padres, a diferencia de con sus hermanos y cuñada, propiamente no ha salido del clóset:

"Simplemente les puse en claro que mi vida sexual, sentimental y emocional depende de mí y no del qué dirán o de ellos", aclaró con el bracito izquierdo apoyado campechanamente en el respaldo de la silla.

La misma actitud desenfadada imaginé que tuvo al enfrentar a quien provocó tal situación, "un familiar, dejémoslo así", que me contó que le cuestionaba cuándo llevaría a la novia a su casa.

Esto le dio pie para dejar muy claro que llevaría a su "pareja" cuando sintiera que era necesario presentarla a la familia, y que mientras tanto no les incumbía si sale "con cualquier otra persona".

Como el "amigo" alto, esbelto y rubio que llevó a su vida la alegría del Moka, y con quien lo vi en el restaurante donde coincidimos. ¿Y cómo se llama?, le pregunté. Adrián movió la cabeza negando, al tiempo que me miraba con sus ojos coquetísimos, de largas pestañas. Solo aclaró:

"Novio así, no es, desde hace como dos años salimos de vez en cuando, es uno de mis mejores amigos y no tenemos planes de tener una relación más allá de lo que tenemos ahorita, pero no me gusta hablar de mis relaciones, y si a mi familia no le cuento, a la gente no tendría por qué importarle mi vida sexual, bueno, sentimental, porque sexual sí, de eso vivo; simplemente es un amigo, dejémoslo así, que quiero mucho y me apoya mucho en esta situación".

Pero aún el entrañable Adrián no se ha enamorado, aunque me dijo: "obviamente amo a mi mascota", en referencia al conejito que le obsequió ese "amigo" tan querido, quien seguramente también lo apoya en sus grabaciones periódicas con otros sextuiteros para su 4my.fans (¡a mí me parece que eso es un gran amor!).

Ya suman 55 videos, desde el lanzamiento ocurrido a principios de este 2021, gracias al impulso de la estrella porno gay Austin Wolf, quien tuvo noticia del pequeño Adrián a través de los materiales que se decidió a compartir por puro placer en Twitter.

"¿Por qué no me voy a grabar y a subirlos yo?", repitió su mantra al descubrir con cierta molestia, por un amigo hetero, que sus encuentros eróticos privados circulaban en la red sin su autorización.

Además influyó que esos materiales cosechaban halagadores comentarios hacia su personita: "Decían que me veía bien bonito, que les gustaba mi persona, mi estatura, que les excitaba mucho verme en acción, de activo, pasivo, inter, y eso a cualquier persona cómo no le va a levantar el ánimo.

"En ese tiempo no monetizaba, no me interesaba ganar con ello porque yo trabajaba, pero me gustaba verlos".

Desde el pasado enero, Adrianzuki ha llegado a estabilizarse en un promedio mensual de 400 suscritos en el 4my.fans que le abrió Austin Wolf por iniciativa propia, después de que se encontraron en Puerto Vallarta e hicieron algunas producciones para la página de la estrella porno.

"Austin me dio mucho tips de cómo trabajar, subió un par de videos que yo tenía y me dijo: 'Mira, esta es tu página, si tú quieres continuarla, adelante, simplemente te estoy dando las armas, pero está funcionando muy bien y me gustaría que sí la siguieras, porque en poco tiempo has hecho lo que mucha de mi gente no ha hecho, y te puede ir muy bien'".

Efectivamente así ha sido, lo que resulta una fortuna en esta pandemia en que no ha podido realizar el trabajo de bar tender que tanto le gusta, desde los 18 años (quiso estudiar arquitectura, pero no aprobó los exámenes a pensar de intentarlo más de una vez en la UAM, la UNAM y el Politécnico, así que empezó a trabajar con la idea de pagarse una universidad privada, y al final le gustó más el trabajo).

Sin duda el éxito de Adrianzuki se debe a que es muy lindo y sexy, pero obviamente su atractivo principal radica en que es "diferente". Así se lo planteé, sin caer en los eufemismos políticamente correctos del "cuerpo no hegemónico", pero tampoco en la ojeta visión decimonónica de los "fenómenos de circo".

–Creo que has sabido darle la vuelta a lo que el estigma social considera una "discapacidad", y aprovechar que tienes una talla pequeña para destacar tanto siendo gogo o stripper como bar tender y hacer porno.

–Sí, como dices, exploté esto, no es que yo quisiera utilizarlo, me gusta saber que yo puedo hacerlo por mis propios méritos, pero ayuda bastante. Por ejemplo, me ha contado mucha gente que trabajar en la barra es complicado, que hay mucha competencia, pero en los lugares donde yo he trabajado lo que les gusta es que yo sea diferente, es de: "¡Wow, tú llamas la atención, la barra se va a llenar contigo!" Y dicho y hecho, cada que yo tocaba un lugar la gente iba conmigo, porque es increíble para ellos ver a una persona de estatura pequeña trabajando en una barra, preparando coctelería.

También le echó su ojo alegre mi cuate Gerardo el Diablo, de la productora mexicana de porno gay Mecos Films, y coincidió que Adrianzuki ya había visto su trabajo y quería  hacerse unas fotos con él y grabar un casting, así que lo contactó por Twitter.

"Normalmente no me tomaba fotos, y me dije por qué no hacer algo profesional, que tener un videíto en un casting estaría genial, aunque [Gerardo] no me contratara, para palomearlo en mis cosas de hacer en la vida".

Fue Gerardo quien le propuso usar "Adrianzuki" como nombre de batalla, y de su trato surgió una cachonda amistad además de una invitación a participar en una película sobre la que por el momento consideró prudente no dar detalles.

Me gustan los rasgos físicos grandes

Antes de sacar al Mokas del transportador y, sujeto a la correa de peto, pasearlo por los prados de la Alameda para que comiera un poco de pasto y yo los retratara, le pregunté a Adrián si le gustaban los hombres más grandes que él.

–Más grandes que yo siempre van a ser –respondió divertido.

–Me refiero a la edad –aclaré ya riéndome abiertamente.

–¡Ah, ya! Básicamente, si una persona es muy chida conmigo, no importa; menores de edad no, pero no importa así tenga 18, 20, 25 años, he estado con hombres de 30, de 45, de 50, una vez salí con uno de 60, y súper bien, muy buena onda. Pero hubo muchas veces que nada más fue lo sexual, quitarse el morbo.

–¿Y qué parte del hombre te gusta más?

–Los ojos, la mirada, las cejas pobladas, grandes, ¡uf, me encantan! Una nariz grande... yo creo que los rasgos físicos grandes, igual y los ojos no, porque los ojos rasgados me encantan, pero una ceja poblada, una nariz muy ancha y labios gruesos pueden ser detallitos que diga: "¡Wow, qué bonito se ve!".

Y perfilados esos "detallitos", qué bonito se veía –digo yo– el "amigo" de Adrián que nos alcanzó justo para, como buen padrino de su mascota, cuidarla mientras hacíamos las últimas fotos.

Finalmente, en un sombreado prado de la centenaria Alameda dejé a la pareja de amigos –que más bien parecen enamorados– muy sonrientes con el Mokas, después de despedirme asegurando: "¡Fue un graaan placer!".

Yo no tengo OnlyFans ni 4my.fans ni nada que se le parezca (sería un gigantesco fracaso debido a mi pija de talla pequeña), pero si te gustan las historias como esta, por favor apoya la continuidad de Nosotros los jotos invitándome un café ($50), un martini ($100) o a gozar toda una noche loooca ($1,000,000...), en este enlace:

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¡Gracias y hasta el próximo choque de chichis y braguetas, señoras y señores míos!

"Amor es una palabra muy fuerte", consideró. "¿Qué me podría llegar a enamorar? Que él se quiera, primero, que tenga respeto y me trate bien, y que le encanten los animales" (creo que así es su "amigo", je, je).

       

   

     

   

 

 

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